20 nov 2025

La Organización de Naciones Originarias: un nuevo actor político global creado por comunidades indígenas de todo el mundo

20 noviembre, 2025 La Organización de Naciones Originarias (ONO) reúne comunidades indígenas de distintos continentes y plantea una identidad política clara: son naciones preexistentes a los Estados modernos, con derecho a autodeterminación territorial, cultural y lingüística. “La ONO surge porque vivimos una multicrisis sistémica mundial”, afirma Silvio Ayala Pacheco, presidente de la ONO y descendiente inca al portal Pagina 12. Con este diagnóstico, la organización se presenta como un espacio internacional que busca dar voz y representación política a las naciones originarias, frente a problemáticas como el extractivismo, la crisis climática, la discriminación histórica y la falta de participación en organismos estatales y multilaterales. Un espacio de articulación internacional La organización funciona como un espacio de articulación global para defender derechos, compartir diagnósticos y construir posiciones conjuntas frente a problemas comunes. Ayala sostiene que el planeta opera bajo un modelo civilizatorio eurocéntrico de carácter colonialista, armamentista y fundamentalista, que impone una lógica económica centrada en la acumulación material y la propiedad privada, a costa de la tierra y de la vida comunitaria. Según su visión, esta matriz conduce a la degradación ambiental, fragmentación social y pérdida de vínculos comunitarios. De Cusco a Guatemala: el camino de la ONO Aunque la formalización llegó en la Asamblea Mundial de Cusco en 2024, la ONO comenzó a gestarse en 2022, cuando el Consejo de Nación del Tawantinsuyu (Conatagua) impulsó una primera reunión con delegaciones de 14 países de las tres Américas. Tras un año de trabajo, la iniciativa se expandió hacia África y desembocó en la primera Asamblea Mundial en Cusco (2024), seguida por la segunda en Guatemala (2025). México ya fue elegido como sede para la reunión de 2026. La estructura combina coordinación con horizontalidad, encabezada por Ayala y sostenida por un consejo internacional con sede operativa en Lima. Agenda central: territorios, cultura y derechos La ONO interviene sobre un abanico amplio de problemáticas, con énfasis en la defensa de los territorios ancestrales y la preservación cultural. Ayala denuncia que los Estados están controlados por empresas que dictan la hoja de ruta y criminalizan a autoridades comunitarias y defensores ambientales. La ONO busca visibilizar estas prácticas mediante declaraciones, observación internacional y redes de apoyo continental. La organización sostiene que cualquier actividad económica en territorios indígenas debe realizarse con consulta previa, estándares ambientales estrictos y respeto pleno por la diversidad intercultural. “No nos oponemos al desarrollo económico, pero debe estar supeditado a la sinergia con el desarrollo social”, plantea Ayala. Naciones originarias La ONO busca instalar a las naciones indígenas como protagonistas frente a la crisis climática y el extractivismo. Nación vs. pueblo: un debate político y lingüístico Uno de los debates centrales es la diferencia entre “pueblos indígenas” y “naciones originarias”. Para Ayala, el término nación expresa continuidad territorial e identidad propia, mientras que pueblo fue impuesto por tradiciones coloniales para designar grupos subordinados sin tierra ni reconocimiento político. “Somos originarios con propia identidad de un territorio constituido por una nación”, explica. Comunicación y memoria cultural La disputa comunicacional ocupa un lugar clave en la ONO. Karina Krenn (Salvia Azul), referente internacional de derechos humanos, señala que el objetivo es desmontar narrativas eurocentristas arraigadas en la educación y los medios. “Es dificilísimo no encontrar en el ADN de cada uno de nosotros una presencia originaria”, afirma, citando estudios del CONICET que hallaron linajes de más de 8.500 años aún presentes en la población actual. La ONO impulsa que las comunidades tomen la palabra directamente: “Ya basta de tener interlocutores. La propuesta es unir y elevar nuestras propias voces”, sostiene Krenn. Tecnología y resistencia contemporánea La colonización se prolonga bajo nuevas formas normativas, económicas y mediáticas. Frente a ello, la ONO apuesta a la tecnología como herramienta de resistencia. Redes sociales como Instagram, Facebook o X permiten a las comunidades narrar sus experiencias, documentar violencias y sostener la continuidad cultural en un mundo hiperconectado. Hacia una fraternidad mundial Con dos asambleas realizadas y una tercera en camino, la ONO se consolida como un actor emergente en el escenario internacional. Su desafío es transformar principios históricos —autonomía territorial, reconocimiento identitario, defensa ambiental y el paradigma del Buen Vivir— en una agenda política concreta más allá de las fronteras estatales. Ayala resume el horizonte de la organización: construir “la gran fraternidad mundial de coexistencia pacífica y dejar un mundo sano, justo y digno a las futuras generaciones”. https://noticiasambientales.com/medio-ambiente/la-organizacion-de-naciones-originarias-un-nuevo-actor-politico-global-creado-por-comunidades-indigenas-de-todo-el-mundo/

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