28 ago 2018

La radio comunitaria Aire Libre cumple treinta años “Hay un camino que pudimos cumplir”

La emisora de la ciudad reúne logros y décadas de historia, si bien todavía persigue el logro del reconocimiento legal. “La pluralidad, ésa es nuestra función permanente”, señala Claudio De Luca, uno de sus hacedores.
“El aspecto emocional pesa mucho, es fuerte”, le dice Claudio De Luca a Rosario/12. Ya son treinta años de trayectoria para la emisora Aire Libre, radio comunitaria con el acento puesto en la pluralidad informativa, en la necesidad de una mirada diferente, que interrogara desde la variedad que supone la ciudad que se habita. “Lo que nos propusimos al comienzo creo que lo cumplimos en gran medida: generar un medio de comunicación como no había en esa época, y provocar cambios en los medios de la ciudad. El hecho de que hubiese una radio funcionando en un barrio hizo que las otras emisoras tuvieran la necesidad de abrir los teléfonos para que se escucharan las otras voces, así como tener más móviles en los barrios. Hay un camino que pudimos trazar y cumplir”, agrega el periodista. -- Algo que tal vez corroboran desde la respuesta de la gente, más inmediata y palpable para ustedes. -- Hoy eso ya no sucede tanto, debido a la gran cantidad de medios que hay en el aire, que está saturado. Nuestra radio no está llegando a toda la ciudad porque tiene múltiples interferencias; pero también la gente habla y se comunica más desde las redes sociales y las nuevas tecnologías, algo que también nos sirve a nosotros y a todo medio de comunicación. PUBLICIDAD -- En treinta años ocurrieron muchas cosas, entre ellas la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. -- Nosotros salimos al aire en 1988. A finales de ese año estábamos discutiendo cómo hacíamos para conseguir alguna plataforma legal, alguna ley o decreto que nos contemplara. La ley de la dictadura no hablaba de organizaciones civiles sin fines de lucro, sino de organizaciones comerciales, así que lo nuestro ya era un problema. Hasta llegar al 2009, cuando conformamos la Coalición por una Comunicación Democrática, y mantuvimos muchos encuentros e intentos por conseguir se sancionara la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. En ese camino hemos transcurrido por mucho debate y participación en cuanto foro se fue abriendo. Se consiguió la sanción de la ley pero nosotros nos quedamos casi como espectadores en una batalla que no queríamos, entre el gobierno y Clarín. Al día de hoy, cuando esa ley contempla un 33% del espectro para organizaciones como las nuestras -y esto es importantísimo a nivel mundial-, no tenemos ningún tipo de permiso definitivo como medio de comunicación, sino simplemente un reconocimiento. Si vamos a la historia, ya en 1991 conseguimos un permiso precario y provisorio, que nunca pudo ser validado para que se configurara como un permiso con reconocimiento legal. Hoy, con la multiplicidad de cambios que ha tenido este gobierno, con la cantidad de cosas que ha intentado sacar y no pudo, nos encontramos también en una situación bastante endeble. Hace una semana el gobierno decidió hacer un plan, que seguramente traerá como resultado la organización del espectro radioeléctrico, para ver qué va a pasar con las más de doscientas radios que hay en el área del gran Rosario, y qué tipo de potencia podrá estar en este aire. Sobre esa base se lanzarán concursos, en los cuales tenemos que estar. Creemos que con treinta años y una trayectoria impecable, tenemos la suficiente espalda para concursar y obtener una licencia de radio aquí, en la ciudad de Rosario. -- Es increíble que todavía haya que pelear por este logro. -- Más al pensar que fuimos impulsores junto con una Coalición en el debate por una Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Tampoco el objetivo de esa ley -desarmar los grandes pulpos, los multimedios- sucedió. Los que tenían el poder lo siguen detentando y nosotros estamos acá, como siempre. Esto es algo que debato siempre con Daniel Canabal en 5Rtv. Conseguimos una ley para tener medios públicos, y se la consiguió. Hoy tenemos un canal que lo pueden ver quienes tienen internet, un codificado o determinado servicio de cable, pero el resto no tiene idea de que existe. Y nadie hace nada para que ese canal se masifique. Todos están esperando no sé qué, porque el día de mañana cae otro, entiende que esto es un gasto, y nos quedamos sin canal público. -- De hecho, hay un contexto que legitima un descrédito tendencioso hacia los medios públicos. -- Hace unos días subía una nota de La Capital, en donde un periodista y un fotógrafo de ese diario acompañaban en un operativo a la policía federal, para descubrir una radio en una villa. Era una de nuestras radios comunitarias, en Barrio La Cerámica. La noticia tuvo un cuarto de página sábana, con foto, porque lo veían como una cuestión horrorosa. Cuando salimos nosotros, el COMFER -que lo tenía Pedro Sánchez, el corresponsal de Evaristo Monti- y ARPA (Asociación de Radiodifusoras Privadas Argentinas) salían a decir que consumir radiodifusión clandestina atentaba contra la investidura presidencial. Hoy muchas de nuestras radios y canales nuevos forman parte de esas grandes corporaciones que son ARPA y ATA (Asociación de Teleradiodifusoras Argentinas), ya no tenemos esa batalla en contra, o sea que sale una radio nueva y nadie dice que sea clandestina o algo parecido. -- El lugar tuyo continúa siendo molesto, elijo destacarlo desde la pluralidad informativa. -- Ésa es nuestra función permanente. Recordaba el año ’89, en pleno copamiento de La Tablada. Cuando todos los medios callaban y repetían el discurso oficial, nosotros armamos un debate, una mesa, donde llevamos a dos compañeros del MTP (Movimiento Todos por la Patria) con tres o cuatro partidos, a contar la otra historia. Eso es algo que seguimos repitiendo. Nunca vas a encontrar solamente el discurso oficial, sino también otras fuentes, las que muchas veces ni siquiera aparecen en los medios. -- ¿Notás un relevo desde la tarea profesional, hay una nueva generación que se apropie el trabajo? -- Para serte sincero, no. Creo que en los institutos, en las escuelas, en todos los espacios dedicados a la capacitación de nuevos profesionales, ninguno está adaptado para el laburo que supone un tipo de medios como éste. Si llega alguien para hacer periodismo deportivo, lo único que va a buscar es cómo cubrir Ñuls y Central, el resto no le importa. Si tiene que hacer algo de ‘Sociedad’ o por fuera de los cánones habituales, se queda viendo qué hay en las radios o móviles de cualquiera de los medios de la ciudad, sin buscar otra alternativa. https://www.pagina12.com.ar/137772-hay-un-camino-que-pudimos-cumplir

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