2 ene 2024

La lucha del pueblo ayoreo frente al cuero para coches de lujo

Una noticia que puede parecer anecdótica, pero que contiene muchas implicaciones que nos abren las vías respiratorias de la conciencia. La empresa fabricante de cuero para coches de lujo Pasubio ha anunciado que boicoteará a los proveedores cuyas actividades amenacen directa o indirectamente los bosques habitados por el pueblo ayoreo, una comunidad indígena que vive voluntariamente aislada en Paraguay. Este boicot es el resultado del compromiso mantenido durante 20 años por parte del pueblo ayoreo. Las 7.000 personas que lo integran (entre Paraguay y Bolivia) custodian cientos de miles de hectáreas de El Gran Chaco, el segundo bosque continuo más extenso del continente suramericano. Aunque una parte de esta comunidad vive sin contacto directo con la colonización, sus líderes han sabido trenzar alianzas con profesionales del Derecho y decenas de organizaciones paraguayas e internacionales para denunciar la invasión ilegal de los ganaderos, que continúa impunemente ante la corrupción de las autoridades locales. El camino no ha sido fácil. En 2001, el Gobierno de Paraguay reconocía formalmente un territorio de 550.000 hectáreas como“Patrimonio Natural y Cultural Ayoreo Totobiegosode. Aun así, 15 años después, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos tuvo que dictar una medida cautelar que exigía al Estado paraguayo proteger sus bosques y su territorio; lo hizo a instancias del pueblo ayoreo. A pesar de que las instituciones paraguayas sigan permitiendo que las haciendas agroganaderas ocupen y desforesten ilegalmente este territorio ancestral, y a pesar de que sólo han transferido aproximadamente una quinta parte de las tierras prometidas, las alianzas de las organizaciones no gubernamentales con el pueblo ayoreo han logrado que Pasubio, hasta ahora el principal importador italiano de este cuero, deje de utilizarlo para fabricar asientos, interiores y volantes de autos de lujo como BMW, Jaguar Land Rover, Porsche, más las gamas altas de Citroen y Peugeot. Para que la empresa italiana diera este paso han sido determinantes iniciativas como la encabezada por la ONG Earthsight, cuyas investigaciones demostraron que casi dos tercios de las pieles exportadas desde Paraguay iban a parar a empresas italianas, principalmente a Pasubio, cuyos ingresos anuales de 313 millones de euros dependen en un 90% de la industria del automóvil. En sus informes, Earthsight demostró que una finca de la empresa Caucasian S.A. y otra perteneciente a un asociado de la Cooperativa Chortitzer deforestaron ilegalmente 2.700 y 500 hectáreas respectivamente entre 2018 y 2019 de la reserva del pueblo ayoreo. Además detalló la existencia de una tercera finca, de la empresa Yaguareté Porã, que lleva unos 20 años talando e invadiendo con ganado este territorio. Estas empresas obran impunemente gracias a la corrupción y la inacción del Ministerio de Medio Ambiente de Paraguay, que permitía que las fincas recibieran permisos de deforestación irregulares. A estas investigaciones se unieron las de otra ONG, Survival International, que sacó a la luz las relaciones comerciales de dos empresas italianas con haciendas agroganaderas ilegales: Pasubio y Gruppo Mastrotto. Tras denunciarlas ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Survival las instó a detener estas importaciones. El grupo Mastrotto fue la primera en iniciar un diálogo con la ONG, aunque no ha llegado a ningún compromiso de este tipo. Pasubio, tras un breve descargo de responsabilidad, ha dado este mismo mes el paso definitivo. De ahí nuestra noticia que abraza de diciembre. En una nota de prensa, la compañía reconoce: “Gracias al papel de sensibilización desempeñado a lo largo de los años por Survival International, el movimiento global por los derechos de los pueblos indígenas y la ONG Earthsight, el Grupo Pasubio ha tenido acceso a información actual y detallada sobre la amenaza que pesa sobre los Ayoreo-Totobiegosode que viven en el Gran Chaco paraguayo, y especialmente sobre los grupos Ayoreo que viven sin contactar en el bosque”. Y añade: “En este contexto, el Grupo Pasubio confirma su decisión de excluir de sus suministros cueros y pieles vinculados a la deforestación del PNCAT [territorio ancestral Ayoreo]; por tanto, a partir de hoy, el Grupo Pasubio suspende todas las relaciones comerciales con proveedores paraguayos que no puedan ofrecer garantías adecuadas sobre la ausencia de cualquier relación, directa o indirecta, con las explotaciones ganaderas existentes dentro del PNCAT”. Los ayoreo son un caso único en América, pues constituyen el último pueblo indígena que vive aislado de manera voluntaria fuera de la Amazonia. Las demás comunidades indígenas en aislamiento voluntario se encuentran dentro de la Cuenca Amazónica. La mayoría de los ayoreo fueron sacados violentamente de su territorio tradicional en la segunda mitad del siglo XX. En la década de los 60 se inició un proceso sistemático de búsqueda y contacto de los ayoreo, que culminó con su deportación y reducción en aldeas misioneras, pequeños asentamientos, donde hoy subsisten como sedentarizados. Esta paulatina eliminación del pueblo ayoreo llegó a su máxima expresión durante los años 90. Entonces la dictadura de Stroessner no sólo negaba la existencia de los ayoreo, sino que los perseguía y mandaba matar en cacerías humanas. Ya entrados los 2000, las agrupaciones gremiales de ganaderos e incluso algunos funcionarios públicos del Gobierno negaban aún la existencia de este pueblo centenario. Ha sido la persistencia de este puñado de habitantes ancestrales de El Gran Chaco y sus aliados lo que ha permitido que actualmente la legislación paraguaya e internacional asegure la prevalencia del derecho de autodeterminación de los pueblos originales del territorio. No sólo se debe respetar su decisión, sino que han de trabajar por preservar su territorio. Aunque siguen sufriendo la amenaza de la deforestación, la construcción de caminos, los megaincendios y el avance de la frontera agrícola-ganadera, la valentía de sus líderes, el trabajo de investigadores sociales, periodistas e incluso cineastas (la película de la directora paraguaya Aramí Ullón, Apenas el Sol, fue candidata a los Goya en 2022) ha permitido que la preservación de los bosques del Chaco sea una reivindicación viva. La decisión de Pasubio corrobora la importancia del compromiso sostenido en el tiempo y el poder de las alianzas.https://elasombrario.publico.es/lucha-pueblo-ayoreo-frente-al-cuero-para-coches-de-lujo/

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